Los templos olvidados.
¿Te acuerdas de la primera vez que entraste a un club/antro? Nadie olvidamos ese momento. La primera vez que pasas una cadena, caminas, sientes resonar las bocinas del lugar en el pecho, volteas y ves un espectáculo de luces que increíblemente va con la música. Ves a mucha gente bailar, platicar, saltar y celebrar, ¿Qué celebran? No sabes, pero definitivamente se ve que están teniendo el momento de su vida.
Cada paso que das puedes darte cuenta de que la música comienza a recorrer cada parte de tu cuerpo y comienzas a sentir emoción de estar ahí. Pasa la noche y te la estás pasando realmente bien, la energía que sentiste al cantar a todo pulmón con tus amigos es algo que sencillamente no vas a olvidar tan fácil. ¿Cuándo habías escuchado tu canción favorita del momento a todo volumen? Y no solo eso, sino que la estás escuchando en una versión que no conocías gracias al talento del DJ.
Cuando sales por primera vez del club sientes que todavía sigue sonando la música, toda la euforia que acabas de vivir sigue en tu cuerpo. Pasan los años y conoces más clubs, unos mucho más diferentes que otros. Escuchas muchos géneros, conoces mucha música, escuchas a muchísimos DJ’s nacionales e incluso te ha tocado presenciar el set de un DJ internacional en tu club favorito. Has vivido momentos increíbles e inolvidables en tantos clubs que quizá has perdido ya la cuenta de las veces que fuiste.
Así que un día te levantas decido a revivir tu primera noche en un club. Invitas a tus amigos, los organizas y está todo listo para la fiesta. Al llegar con toda la emoción del mundo al club se fijan que… ya no está. El lugar que antes estaba lleno de luces, de gente, de sonrisas, de música y de miles de increíbles momentos ahora es una bodega vacía, abandonada. Cuantos momentos existen dentro de las paredes de un club. Cada noche fue completamente a la anterior, cada noche fue la mejor fiesta de la vida de una persona (o la peor). Es por eso que esa imagen transmite un cierto tinte de tristeza.
Los clubs son templos de la música, de buenos momentos. Las razones por las cuales un club desaparece son muy variadas, tales como crisis económicas, malas inversiones o incluso hechos ilegales. Desde luego que quisiéramos que estos espacios en donde alguna vez nos sentimos los seres más felices del mundo jamás desaparecieran, pero así como nosotros crecemos y cumplimos un ciclo, los clubs también. Existen desde luego muchos lugares icónicos en cada ciudad en donde cada vez que pasan nuestros papás, los señalan y proceden a contar su mejor anécdota en él.
Seguramente al llegar a este punto ya habrás identificado tu primer club y muy probablemente ya no exista, o al menos no con el nombre con el que lo conociste. Es increíble estar lleno de experiencias en un lugar que también tiene recuerdos de otras personas. Al rededor del mundo existen muchísimos abandonados y que hoy son objeto de documentales, como Discotex, de Domenica Melillo, videos para explorarlas e imaginarnos cómo era la diversión en ellos o incluso de libros, como el “Disco Mute: Le Discoteche Abbandonate d’Italia” de Alessandro Tesei y Davide Calloni.
Hoy los lugares en donde se sentía que la vida era infinita ya no tienen alma. Todo lo que queda en ellos es el eco de la felicidad. Todo lo que quedan en estos espacios es el resonar de lo que alguna vez fue el mejor club de su Ciudad, de su País o incluso del Mundo. Cada vez que visites un club aprovecha para sacar todas las fotos que puedas, no sabes cuándo será la última vez que estará abierto o la última vez que podrás entrar a ese lugar lleno de vida y recuerdos. ¿Cuál es tu club abandonado favorito?
