Seguramente has visto muchas transmisiones y muchos conciertos en plataformas virtuales en las que no has pagado un solo peso, ¿Cierto? Pero también has visto que hay festivales que desean cobrar la “entrada” a su plataforma para que puedas ser parte del festival y escuchar a tus DJ’s favoritos, lo cual nos lleva a preguntarnos, ¿Por qué algunas transmisiones cuestan y otras no?
Sin duda es una pregunta bastante común en estos días, pues hemos podido disfrutar de grandes festivales como EDC Las Vegas en donde únicamente era necesario registrarse para poder entrar a la sala de chat o para poder recibir promociones de su merch, además de Awakenings en donde pudimos entrar al festival, a una fiesta privada en zoom e incluso hasta participar por un mini refri solamente con un simple registro.
Ninguno de los dos festivales escatimó en los DJ’s que tocarían en sus ediciones virtuales, pues pudimos escuchar los sets de Deorro, KSHMR, Sidepiece, ATLIENS, VOYD y David Guetta, quien rentó un lugar especial para el y su increíble escenografía para EDC Las Vegas, pero entonces, ¿Quién les pagó a estas grandes personalidades de la música electrónica para tocar en estos festivales? Pues además de ello también pagaron un staff técnico que montara audio, iluminación y claro, operadores de cabina y cámaras de video.
La respuesta está en los patrocinadores, quienes aportaron una gran cantidad de dinero para que dichos festivales se pudieran llevar a cabo. Para poder explicar un poco más, utilizaremos al festival más grande del mundo y el cual está por realizar su segunda edición virtual: Tomorrowland. Este gran festival belga invirtió la cantidad de Diez millones de dólares en la realización de su primera edición virtual, inversión en la cual participaron patrocinadores y desde luego en mayor parte los organizadores.
¿Tanto dinero? Sí, pues como podemos recordar fue un giro totalmente inesperado el que tuvieron que hacer en cuanto a creatividad, pues ahora en lugar de invertir en escenografías físicas, fuegos pirotécnicos y decoración, invirtieron para que toda esa creatividad fuera creada totalmente digital, además de pagar ingenieros de audio, operadores de cámaras, el staff que montó las inmensas pantallas verdes utilizadas para la recreación de la escenografía, los derechos de ejecución pública, que son aquellos que normalmente pagan los festivales para que los DJ’s puedan reproducir sus canciones y las licencias mecánicas para las composiciones que se tocaron durante el evento. Tomorrowland tuvo también el detalle de pagar todos los gastos de traslado de los DJ’s que tocaron en su primera edición virtual.
¿Cómo costearon a los artistas? Esta vez Tomorrowland llegó a un acuerdo con los artistas en donde cada uno de ellos cobraría un cierto porcentaje de las regalías de cada boleto que se vendiera, así como un pequeño porcentaje del total de las visitas que su set generara.
La conexión entre un artista y su público cobró mucha más importancia, pues ahora dependió de ella la ganancia que cobraría por su presentación en el festival. A algunos artistas se les pagó una cantidad exacta dado su re nombre, ganancia que para ellos resultó a por lo menos la mitad de lo que hubieran obtenido si hubieran tocado en vivo.
Los festivales virtuales son una gran herramienta para seguir disfrutando la música, y contamos con grandes ventajas, como por ejemplo, que puedes reunirte con tus amigos para costear el precio de un boleto y así disfrutarlo entre todos en una pequeña reunión, además de ahorrarnos mucho dinero que utilizaríamos si los festivales fueran presenciales.
Recuerda que al pagar un boleto no solo pagas el acceso al festival, sino que pagas el trabajo de todas las personas que hay detrás de su organización y mantienes viva la flama de la música, que sea como sea, permanece encendida.
En este enlace puedes ver un poco de cómo se hizo y se hará Tomorrowland Around The World